Globalización absoluta: Cómo los cables submarinos de Internet unen el planeta

Globalización absoluta: Cómo los cables submarinos de Internet unen el planeta

09.01.2023
Autor: HostZealot Team
2 min.
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Aunque el sistema mundial de satélites Starlink, que proporciona a los usuarios Internet de alta velocidad, acapara todos los titulares en estos momentos, las estadísticas siguen siendo categóricas: el 95% de la red mundial es de cable de fibra óptica. Los cables que forman la "world wide web" y conectan regiones de distintos continentes discurren por el mar y el fondo del océano.

Hasta finales de 2021, una gran parte de las redes de fibra óptica estaba bajo el control de países y empresas de telecomunicaciones. Ahora, según The Wall Street Journal, las cuatro empresas mundiales de TI -Microsoft, Google, Meta y Amazon- son las principales consumidoras de capacidad de fibra óptica. Poseen una cuota del 65%.

Y este hecho preocupa ligeramente a los expertos del sector. La razón es que los principales "jugadores" del segmento de los servicios de Internet pueden hacerse con la infraestructura para asegurar su suministro.

Los periodistas del WSJ establecen un paralelismo: ¿a qué podría conducir la situación cuando Amazon sea dueña de todas las carreteras que utiliza para entregar paquetes? Es decir, la velocidad del tráfico se reducirá significativamente para los usuarios ordinarios, mientras que las cuatro empresas obtienen la máxima prioridad con mínimos retrasos.

Y aunque el temor de los especialistas es bastante justo, de hecho, los usuarios ordinarios resultaron estar en el lado positivo. La aparición de los grandes actores de la informática ha reducido el precio de los servicios de acceso a la red. Si nos fijamos en el uso de los datos, se ha producido un aumento de la velocidad del 41% a nivel mundial.

Resina, cáñamo o una capa de gutapercha: así intentaron los científicos y empresarios conquistar el fondo marino

En 1839, los científicos William Cook y Charles Wheatstone revelaron al mundo su invento: el telégrafo. Ese mismo año nació la idea de una línea de comunicación a través del Atlántico. El principal impulsor de esta idea en aquella época fue Samuel Morse, el hombre conocido por muchos por haber inventado el código Morse. El inventor estadounidense hizo realidad la idea después de sólo tres años. En 1842 consiguió colocar el cable en el puerto de Nueva York. Por desgracia, el triunfo duró poco: poco después el cable fue dañado por "caballeros de la fortuna" locales. Los buscadores confundieron el cable con un tesoro marino y lo cortaron.

Y aunque algunas de las primeras "plagas" de las telecomunicaciones fueron los humanos, no fueron el principal obstáculo para el desarrollo de los sistemas submarinos. La longevidad y la durabilidad del cable eran problemas que había que resolver lo antes posible. Para aislar los cables, Morse utilizó caucho y cáñamo alquitranado. Sin embargo, esto no era suficiente.

Afortunadamente, en 1842 se descubrió la resina Palaquium gutta. Fue traída de la India a Europa por el cirujano William Montgomery. El material, llamado gutapercha, se distinguía por su elasticidad y su gran resistencia. Montgomery vio en el material una perspectiva: era posible crear instrumentos quirúrgicos. Pero un científico de Gran Bretaña, Michael Faraday, tuvo la idea de utilizar la resina como base para un aislante.

En 1850 había más de 50 compañías telegráficas en el mundo, muchas de ellas interesadas en establecer un enlace entre los continentes. Algunas lo consiguieron sin dificultad. Por ejemplo, los hermanos Jacob y John Watkins Brett, propietarios de la English Channel Submarine Telegraph Company, conectaron Francia y Gran Bretaña. Para ello, tendieron un cable a través del Canal de la Mancha. 

Ese mismo año, el ingeniero Frederick Gisborne decidió realizar un ambicioso proyecto. El canadiense, propietario de una compañía de telégrafos, se propuso crear un enlace de comunicaciones a lo largo de la costa de América. El plan consistía en tender un enlace en la parte noreste de la misma. De este modo era posible conectar Nueva Escocia y Terranova. Por desgracia, la línea no era rentable, así que en 1853 la empresa de Gisborne cerró.

Un año más tarde, Cyrus Field, un empresario que se dedicaba a las grandes transacciones financieras y a la venta de papel, se enteró del proyecto de Gisborne. El empresario se interesó por la idea de tender una línea entre Terranova e Irlanda y consultó a Morse, así como al director del Observatorio Nacional de Washington, Matthew Fontaine Maury.

El empresario fundó la New York, Newfoundland & London Telegraph, y sus socios comerciales fueron Peter Cooper, Moses Taylor y Marshall Owen Robert. Al mismo tiempo, el empresario organizó la Atlantic Telegraph Company en Londres. Gracias a ello Field recibió subvenciones de los gobiernos británico y estadounidense.

Londres asignó 14.000 libras al año, que se redujeron a 10.000, mientras que Washington asignó a regañadientes 70.000 dólares. Al gobierno estadounidense le preocupaba el hecho de que ambos extremos del cable estuvieran en territorio controlado por los británicos.

La humanidad ha triunfado, pero esto es sólo el principio

Se aprueba el proyecto de cable a través del Atlántico. El primer intento de tender una línea transatlántica se realizó en 1957. El cable consistía en siete piezas de hilo de cobre. Se utilizaba látex y gutapercha como aislante. Además, el cable estaba protegido por una capa de cáñamo alquitranado. El revestimiento exterior, en forma de espiral, era de alambre metálico. El imponente cable no funcionó: se desgastó rápidamente y acabó rompiéndose.

La segunda tirada, en junio de 1958, fracasó. La causa fue el mismo desgaste y posterior rotura. Entre julio y agosto de 1958 se completó el tendido del cable. Dos barcos salieron al encuentro. El "Agamemnon" y el "Niagara" se cruzaron el 29 de julio. Conectaron cables con una longitud total de 4.000 kilómetros.

A mediados de agosto se envió un telegrama histórico. La reina Victoria, que gobernaba entonces en Gran Bretaña, felicitó al presidente estadounidense James Buchanan por el lanzamiento de la línea. Declaró la victoria, destacando la "gran obra internacional". La transferencia de 103 palabras duró 16 horas. El jefe de los Estados Unidos señaló que "es un triunfo más glorioso porque es mucho más beneficioso para la humanidad de lo que nunca se ha ganado en el campo de batalla". La transmisión del texto completo de 143 palabras tardó 10 horas.

Es interesante que se haya tardado tanto en transmitir un mensaje corto en código Morse según los estándares modernos. Ahora la velocidad de transferencia de datos es de más de 200 terabits por segundo. El récord de ancho de banda lo tiene el cable MAREA, tendido entre Estados Unidos y España. El proyecto conjunto de la empresa de telecomunicaciones Telxius y los dos gigantes tecnológicos Meta y Microsoft, que conecta Bilbao y Virginia Beach, arroja un resultado de 224 Tbps.