¿Qué es una API y para qué sirve?
Pocos "mortales" ordinarios saben qué es y para qué sirve una API, mientras que casi todos los habitantes del planeta las utilizan. Bueno, de los que usan aparatos modernos, claro. Y todo esto se debe a que la API (Application Programming Interface) es un conjunto de herramientas y funciones que aseguran la interacción de varios programas entre sí. E incluso dentro de una misma aplicación, sus partes individuales pueden "comunicarse" entre sí a través de ciertas APIs - esto se encuentra a menudo en programas complejos y de varios niveles con una amplia gama de funciones diferentes.
De hecho, la interfaz de programación incluye tres componentes clave:
- Una operación que el programa puede realizar.
- Los datos que llegan a la entrada.
- Los datos que aparecen en la salida.
Por lo tanto, es obvio que cualquier API es un conjunto de funciones específicas. Cuáles son estas funciones y para qué se utilizan es otra cuestión. Pueden utilizarse para el inicio de sesión, el registro y la autorización. También hay interfaces de software para hacer informes, y para realizar pagos, o simplemente para que las bibliotecas interactúen con el resto de los componentes de la aplicación. Puede haber muchas funciones, y cada año su número crece junto con el desarrollo de toda la esfera informática mundial.
Cómo funciona la API
La interfaz de programa realiza una función de conexión entre programas o partes individuales de aplicaciones. Es una especie de puente sobre el que se intercambian datos. La interfaz de programa de la aplicación puede ser pública o privada. En el primer caso, la API se utiliza para intercambiar datos con programas de terceros, y en el segundo - para comunicar aplicaciones internas, por ejemplo, dentro de la misma infraestructura corporativa.
Las API se utilizan para acelerar el lanzamiento de nuevos productos de software, simplifican en gran medida su depuración y optimización, ya que existen soluciones listas para casi todas las funciones estándar. Al utilizar estos componentes, el desarrollo se vuelve más predecible y seguro, mientras que el establecimiento de vínculos entre diferentes servicios y aplicaciones se simplifica en ocasiones. Al final, esto ahorra mucho dinero, ya que desarrollar una API desde cero es mucho más caro que utilizar soluciones ya hechas.
Ejemplos de API en la vida cotidiana
No hace falta ir muy lejos para encontrar ejemplos: incluso el calendario más sencillo del sistema operativo Android funciona a través de una interfaz de software, ya que lleva incorporada la función de conectar con aplicaciones de terceros desde el Play Market. La sincronización permite al usuario recibir notificaciones sobre todos los eventos importantes en un par de clics. Al mismo tiempo, los desarrolladores se ahorran tener que desarrollar su propio calendario: basta con darse cuenta de la posibilidad de integrar una aplicación estándar de Android de Google.
El segundo ejemplo son los billetes de avión. A través de algunas aplicaciones, se puede seguir en tiempo real la información sobre los vuelos actuales, su coste y las fechas. Esta información se recoge directamente de los sitios web de las aerolíneas gracias a la API.
Y el tercer ejemplo de API de la vida cotidiana es un banal botón de autorización. Muchos sitios que se visitan por primera vez en la vida tienen incorporada la posibilidad de iniciar sesión a través de una cuenta de Google, Facebook o Twitter en un par de clics. Esto también se implementa mediante una interfaz de software, lo que simplifica enormemente la vida tanto de los visitantes como de los propietarios de los sitios.
En general, las API se utilizan en todas partes, y las usamos todos los días sin darnos cuenta. Casi todas las aplicaciones, sitios web y programas modernos funcionan con una u otra interfaz de programación de aplicaciones. Este es el final de nuestro material, ¡gracias por su atención!